domingo, 11 de junio de 2017

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RESUMEN 

La violencia no es producida aleatoria mente sino que parte de una cultura de conflictos familiares, sociales, económicos y políticos, y en general, del sistema globalizado que a su vez permita las diferentes formas de vida en la sociedad, donde los estilos de vida de los jóvenes son catalogados como formas de delincuencia. El objetivo de esos estilos de vida, sin embargo, sólo consiste en distanciarse culturalmente de una sociedad que los jóvenes no han fabricado. Víctimas de la discriminación social y excluidos de las decisiones importantes, muchos jóvenes carecen de planes o proyectos de vida, y son considerados incapaces de adaptarse al medio social, por lo cual toman la delincuencia como alternativa de sobre vivencia. El ser fácil acceso a las drogas, la falta de oportunidades por empleo, salud, educación y espacios para la cultura y el deporte, la desintegración familiar, la impunidad, entre otros factores.


La delincuencia 

La delincuencia es un fenómeno mundial, pues se extiende desde los rincones más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de las grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las más pobres. Es un problema que se da en todas las capas sociales y en cualquier rincón de nuestra civilización. Es como una plaga que se ha extendido por todas partes, robos, tráfico de drogas, actos de terrorismo, violaciones, asesinatos, violencia callejera, amedrenta miento ciudadano, etcétera.

La delincuencia es una forma de in adaptación social y al producirse esa anomalía se da un desafío a la misma sociedad y a su normativa de convivencia. Pero los caminos que conducen a la delincuencia son múltiples y muy diferentes unos de otros, de ahí que podamos afirmar que la delincuencia es poliforme o más bien de la delincuencia agresiva.

La cuestión sobre el concepto de delincuencia juvenil nos obliga, ante todo, a esclarecer dos términos: delincuencia y juvenil, además de ver en su justa dimensión qué es lo que lleva a un individuo a ser calificado y caracterizado como delincuente.

La delincuencia es una situación asocial de la conducta humana y en el fondo una ruptura de la posibilidad normal de la relación interpersonal.

De tal forma que los delincuentes tienen un denominador común como es una  incapacidad de adaptación al medio social así como  unos dañan duramente la convivencia social con su comportamiento debido a su íntima estructura, otros no respetan las normas establecidas por no haberse identificado y socializado, otros se enfrentan violentamente contra las normas llegando a un cierto vandalismo intolerable en una sociedad democrática y en un mundo civilizado, otros carecen del espíritu de trabajo y esfuerzo para realizarse como personas. Han surgido siguiendo los derroteros de la ociosidad, el juego, el abandono de la escuela o el trabajo, han consagrado su vida a la diversión desordenada, sin jerarquía alguna de valores y sus acciones llegan al límite de la violencia y a la delincuencia.

Ante todo, siempre se ha considerado que la delincuencia es un fenómeno específico y agudo de desviación e in adaptación. En este sentido, se ha dicho que la delincuencia es la conducta resultante del fracaso del individuo en adaptarse a las demandas de la sociedad en que vive. De tal manera que el núcleo de la delincuencia reside en una profunda incapacidad de adaptación sobre todo con respecto a la integración social.

Sin embargo, la delincuencia es un típico fenómeno de la psicología social. En el problema de la delincuencia debe centrarse en dos estructuras típicas como la estructura individual de la personalidad y la estructura ambiental en la que se ha movido el delincuente. 


Ha sido frecuente considerar el fenómeno de la delincuencia como una realidad exclusivamente individual sin embargo, la delincuencia es un fenómeno estrechamente vinculado a cada tipo de sociedad y es un reflejo de las principales características de la misma por lo que si se quiere comprender el fenómeno de la delincuencia, resulta imprescindible conocer los fundamentos básicos de cada clase de sociedad, con sus funciones y disfunciones.

Por ejemplo, si mejora la situación económica del país, disminuye el índice de desempleo al disminuir el índice de desempleo, disminuye la delincuencia además la mejora de la situación económica a la larga incide positivamente en el índice de escolaridad, y esto trae como consecuencia una disminución en la delincuencia juvenil. Y viceversa, al aumentar la población aumenta la delincuencia juvenil y aumentan los centros de rehabilitación. Al aumentar el índice de drogadicción, aumenta la delincuencia juvenil.

Esto puede verse si se quiere de manera muy determinante y lo es en cierta medida pero lo importante aquí es señalar que los factores sociales determinan en cierta medida la producción de delincuentes y violencia en las sociedades.

En la lista siguiente se puede observar algunas de toda una serie de variables ambientales que se relacionan y afectan el fenómeno de la delincuencia.
1. El índice de desempleo.
2. La población.
3. La falta de impulso al deporte.
4. Índice de integración familiar.
5. Índice de drogadicción.
6. Índice de escolaridad.
7. Ineficiencia de las autoridades.


A grandes rasgos, puede señalarse que existen cuatro grandes teorías sobre las variables asociadas con la delincuencia. La primera enfatiza los factores relacionados con la posición y situación familiar y social de las personas (sexo, edad, educación, socialización en la violencia, consumo de drogas y alcohol) la segunda se interesa en los factores sociales, económicos y culturales (desempleo, pobreza, hacinamiento, desigualdad social, violencia en los medios de comunicación, cultura de la violencia) la tercera estudia los factores relacionados con el contexto en el que ocurre el crimen (guerra, tráfico de drogas, corrupción, disponibilidad de armas de fuego, festividades) y una cuarta de corte sobretodo psicológico, que enfatiza los factores de personalidad del delincuente.


PRINCIPALES CAUSAS DE LA DELINCUENCIA  



En general, la principal causa generadora de la delincuencia, para los habitantes de las zonas urbanas del país, es la desintegración familiar, en segundo lugar, la crisis económica y la pobreza, seguida por el consumo de drogas y alcohol.

Estos resultados están íntimamente relacionados con las creencias de que la familia es la principal institución formadora de valores y en ella recae la responsabilidad de los actos de sus miembros. Por otro lado, existe la idea de que la actual situación que enfrenta el país en materia económica, política y social ha llevado a un número cada vez más alto de personas a delinquir.

Por un lado, se encontró a la familia como causa inmediata de la conducta del delincuente. Un delincuente se comporta así porque vive en un ambiente de agresividad: familia, colonia, amigos.

Entre las causas internas se enfatizó la personalidad del delincuente. Aquí los delincuentes tienen mayor responsabilidad de lo que hacen porque este comportamiento es voluntario, de esta manera existe un juicio más desfavorable en cuanto a la posibilidad de combatir el delito, ya que los sujetos tienen la decisión de ser como son y nadie los obliga.

Se encontró también que la droga está asociada a la personalidad del delincuente, sólo que de manera distinta entre las personas que han sido victimizadas y las que no. Los victimizados piensan que los delincuentes usan el dinero para comprar droga. No existe una excusa razonable para delinquir. Por otro lado, los delincuentes actúan bajo la influencia del alcohol y por lo tanto no son conscientes de lo que hacen. Además de que la droga les da fuerza para delinquir y para actuar sobre otra persona.

Otra causa externa y no atribuible al delincuente es la corrupción en las autoridades encargadas de la impartición de justicia. Esta corrupción provoca injusticia e impunidad porque la mayoría de los delitos no son resueltos y los delincuentes salen libres con una "mordida".

Otra de las explicaciones brindadas fue que la situación que impera en el país (pobreza, el desempleo, etc) obliga a delinquir. Aquí, si se quiere terminar con la delincuencia, es necesario que primero se resuelva la situación actual del país. La responsabilidad se deslinda de la persona que delinque, el problema no sólo está en ellos, sino en la sociedad en que vivimos. Por ello la delincuencia puede ser reducida creando las condiciones óptimas para que la gente no delinca.

Por lo anterior, la sociedad debe tomar conciencia de que ella misma es, en gran medida, con sus estructuras injustas, responsable de la delincuencia y de la obligación que ella tiene de colaborar intensa y eficazmente en la resolución de la problemática de la violencia y agresividad juvenil.

La sociedad debe afrontar el problema de la violencia callejera y la situación actual del encarcelamiento de los delincuentes jóvenes, no tanto desde aspectos jurídicos y penales y de tranquilidad social, sino desde las causas que la generan.
La prisión en la actualidad es un sinsentido; se trata del último reducto al que debieran acudir los jóvenes delincuentes. La prisión agrava la situación, destruye los valores de la persona y se convierte en enclave de la alienación, cuando no de violencia, soledad, vagancia, incomprensión y amoralidad e inmoralidad. La cárcel es generadora de nuevas y más graves delincuencias. Los estigmas de la prisión son desgarradores y crueles, perduran durante gran parte de la vida y por lo regular el interno queda traumatizado para siempre.

En algunos jóvenes, la delincuencia es algo transitorio, utilizado para llamar la atención a falta de autodominio, mientras que para otros se convierte en norma de vida. Cuanto más joven sea el delincuente, más probabilidades, habrá de que reincida, y los reincidentes, a su vez, son quienes tienen más probabilidades de convertirse en delincuentes adultos.

La delincuencia juvenil alcanza, de ordinario, su punto máximo entre los 13 y 15 años de edad pues, es un periodo en el cual el menor tiende particularmente a relacionarse con los otros chicos de su edad. Las actividades ilegales que desarrollan jóvenes se manifiestan más agudamente en la adolescencia, cuando el joven está más capacitado para realizar acciones por cuenta propia.

Estas son algunas de las razones del enorme número de condenas por delincuencia juvenil durante la guerra, las privaciones, los cambios del medio social, la inquietud y el medio han ejercido una influencia disolvente y han dado un golpe a la vida moral, de la cual todavía no se ha repuesto en los ambientes donde hay malas viviendas, donde reina la promiscuidad y la miseria, es donde se encuentran la mayor proporción de delincuentes juveniles.

Este resultado se traduce en debilidades o desventajas para el desempeño y movilidad social de losjóvenes. El no acceso a determinados insumos (educación, trabajo, salud, ocio y cultura) disminuyen las posibilidades de adquisición y perfeccionamiento de esos recursos que son fundamentales para que los jóvenes aprovechen las oportunidades ofrecidas por el Estado, el mercado y la sociedad para ascender socialmente. Además, diversas modalidades de separación de los espacios públicos de sociabilidad y la segmentación de servicios básicos (en especial la educación) concurren para ampliar la situación de desigualdades sociales y la segregación de muchos jóvenes. Por otro lado, influyen también los impactos desintegradores de un modelo de crecimiento económico a nivel global y nacional, que ha reforzado la polarización del ingreso y la riqueza entre países y personas, generando pobreza, exclusión y menor bienestar, particularmente para las jóvenes generaciones.


EDADES EN LAS CUALES INFLUYEN 





Las edades de estos menores oscilan entre los 12 y 17 años, y los delitos en los que más participan van desde asalto a automovilistas y taxistas, hasta robo de vehículos y secuestro.
Hasta el momento se ha considerado a los jóvenes como generadores de violencia, sin embargo, debemos reconocer que este grupo también ha sido víctima de esta problemática. De esta manera los jóvenes no sólo deben ser vistos como victimarios sino también como victimas.
Como se ha mencionado anteriormente, existen factores que dejan a los jóvenes excluidos de las estructuras formales (empleo, educación, servicios de salud, familia, etc), lo que trae consigo otros problemas para la sociedad y para los jóvenes mismos. Tal es el caso de aquellos jóvenes que son orillados a recurrir a prácticas ilegales para resolver sus problemas económicos (robos, secuestros, narcotráfico, prostitución, etcétera.)

Sin embargo, existen otra serie de factores que se relacionan con la delincuencia juvenil y que son vistos de cierta manera también como factores de riesgo, algunos de los cuales ya se mencionaron líneas arriba, pero que valdría la pena ver con mayor profundidad.

Entendido el factor de riesgo como una característica o circunstancia cuya presencia aumenta la posibilidad de que se produzca un daño o resultados no deseados, las y los jóvenes, por diversas circunstancias ambientales, familiares e individuales, frecuentemente desarrollan conductas que son vistas como factores de riesgo.

Las conductas de riesgo, que a su vez pueden constituir daños más comunes son: adicciones, (tabaquismo, alcoholismo y drogadicción), exposición a ambientes peligrosos y violentos, que asociados potencializan la probabilidad de que las y los adolescentes sufran accidentes, suicidios y homicidios, entre otros.

Otras conductas de riesgo importantes son las relaciones sexuales sin protección, que pueden llevar a infecciones de transmisión sexual como el VIH/ sida, y también a embarazos no planeados. También la mala alimentación, que predispone la desnutrición u obesidad.

Ahora bien, por el fenómeno que estamos analizando, la delincuencia juvenil, sólo nos referiremos a algunos de los factores de riesgo que tienen mayor relación —según los teóricos del fenómeno delictivo.

Son muchas las vidas que se pierden en nuestro país todos los días motivadas por efecto del consumo de productos adictivos y por las enfermedades y la violencia que se genera en torno a ello. Accidentes, padecimientos crónicos, incapacidad física y mental, desintegración familiar, delitos sexuales, corrupción, todo repercute directamente en la salud integral de la sociedad.

La adicción es la actividad compulsiva y la implicación excesiva en una actividad específica. La actividad puede ser el juego o puede referirse al uso de casi cualquier sustancia como una droga. Las adicciones pueden causar dependencia psicológica, o bien, dependencia psicológica y física.

La adicción impacta de tal manera la vida del adicto que sus sistemas de valores cambian para convertirse en toda una cultura diferente, con sus propias creencias y rituales. Para los adictos, la actividad relacionada con las drogas llega a ser una parte tan grande de la vida diaria que la adicción interfiere generalmente con la capacidad de trabajar, estudiar o de relacionarse normalmente con la familia y amigos. En la dependencia grave, los pensamientos y las actividades del adicto están dirigidas predominantemente a obtener y tomar la droga, llegando a un punto tal que el adicto puede manipular, mentir y robar para satisfacer su adicción.
Los adolescentes pueden estar involucrados de varias formas con el alcohol y las drogas legales o ilegales. Es común experimentar con el alcohol y las drogas durante la adolescencia, desgraciadamente, con frecuencia los adolescentes no ven la relación entre sus acciones en el presente y las consecuencias del mañana. Los jóvenes tienen la tendencia a sentirse indestructibles e inmunes hacia los problemas que otros experimentan. El uso del alcohol o del tabaco a una temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas posteriormente. Algunos adolescentes experimentan un poco y dejan de usarlas, o continúan usándolas ocasionalmente sin tener problemas significativos.